La persona que presenta
alguna discapacidad presenta más factores de riesgo, pero precisamente por ello
se debe hacer hincapié en el desarrollo y potenciación de cualidades propias de
la resiliencia. El trato afectivo que le brinde la familia será decisivo, pero también
, es fundamental el apoyo que se brinde en los centros escolares. Los
estudiantes verán favorecida su capacidad resiliente si en el ámbito escolar se
presta una mayor atención a su formación en la dimensión afectivo-emocional.
Algunos
alumnos, con mayor frecuencia los que presentan algún tipo de discapacidad,
plantean unas necesidades relacionadas con la dimensión afectivo-emocional, ya
que su escasa capacidad de resiliencia no les permite, a su vez, alcanzar la
suficiente capacidad de autodeterminación (autonomía, oportunidad de elegir,
priorizar en determinados momentos…). A este respecto, es la escuela y por ende
los que trabajamos en el ámbito de la educación los que podemos y debemos
ayudarles en la consecución de estas metas
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