El
divorcio desencadena en los niños un menor rendimiento académico,
disminución de la autoestima o el auto concepto, dificultades sociales,
problemas emocionales (miedo, ansiedad, depresión…) y problemas de conducta.
Aunque estos problemas se suelen producir durante el divorcio (a corto plazo) y
acabar superándose tras unos años (ante la estabilización de la situación)
además se cree que a largo plazo estos niños crecerán en adultos con más
dificultades en comprometerse con parejas y con problemas para creer en la
continuidad de las relaciones.
El siguiente video nos invita a reflexionar sobre esta problematica:
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