Entre los 40 y los 55 años se
experimentan cambios y surge una espontánea reflexiona sobre la vida. Mucho se
ha hablado sobre la crisis de la mediana edad, pero no resulta muy claro saber
de qué se trata. Se define como una etapa o periodo de transición personal
entre la juventud y la entrada a la madurez en el que se experimentan cambios
físicos, psicológicos y sociales importantes.
Está caracterizada por un
cuestionamiento personal, que lleva a realizar una autoevaluación de lo vivido.
Este proceso puede producir inestabilidad emocional y tensión psicológica
similar a la que padece un adolescente, por eso algunos la llaman la segunda
adolescencia. Tomar conciencia del paso del tiempo, de que el presente es el
futuro que tanto se ha esperado o que la vida no es la que se ha deseado,
genera una crisis personal que se acompaña de sentimientos como rabia,
frustración, temor o confusión. Aunque en muchos casos puede producir ansiedad,
estrés y depresión, no constituye una enfermedad.
La crisis de la mediana edad se
presenta de manera diferente en hombres y mujeres. En ellas ocurre con menor
duración e intensidad y los detonadores suelen ser distintos a los de ellos,
que están más vinculados con el trabajo y la sexualidad. No todos los hombres
la experimentan, ni todos la viven de la misma manera. Depende de la vivencia
particular del envejecimiento mismo, del tipo de personalidad, del historial de
crisis psicológicas anteriores.
Fuente:
Madurez Emocional Disponible en http://psicologiauce.blogspot.com/2010_11_01_archive.html
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